Ivet Playà, una catalana de 26 años, reveló cómo llegó a formar parte del equipo de Alejandro Sanz tras haber sido su fan desde la adolescencia. Sin embargo, lo que empezó como una oportunidad laboral y un sueño para ella, se convirtió en una relación íntima y sexual que describe como “una terrible pesadilla” que la dejó emocionalmente rota.
Su vínculo comenzó en 2015, cuando él la seguía y comentaba sus publicaciones en redes sociales, y se consolidó cuando, al cumplir 18 años, se encontraron por primera vez en privado. Más tarde, con 22 años, Ivet dejó su hogar en Barcelona para mudarse a Madrid y formar parte del equipo del cantante.
En un video publicado en TikTok e Instagram, Ivet relata que Alejandro Sanz sabía perfectamente que ella era una niña cuando comenzó a seguirla y a interactuar con ella en redes sociales. “Yo era una niña, él lo sabía”, afirma. Describe cómo la relación fue evolucionando hasta un vínculo personal que la hizo sentirse “engañada, utilizada, humillada e incluso sucia”. Según su testimonio, el cantante jugó con sus sueños e ilusiones y traspasó límites que considera “morales y humanos inaceptables”.
Ivet enfatiza que no acusa a Alejandro Sanz de ningún delito, pero denuncia el impacto emocional y moral que esta experiencia le causó. “Estoy aquí por la niña que fui, pero sobre todo, por la mujer que soy hoy”, expresa, dejando claro que su intención es visibilizar el daño que sufrió y alertar sobre las dinámicas de poder y vulnerabilidad en relaciones entre figuras públicas y jóvenes admiradoras.
Este testimonio ha generado gran impacto en el mundo del entretenimiento, abriendo un debate sobre la ética y el respeto en las relaciones personales y profesionales en la industria.