Este lunes 5 de mayo comenzó en el tribunal federal de Manhattan uno de los procesos judiciales más impactantes en la industria del entretenimiento: el juicio contra Sean «Diddy» Combs, ícono del hip hop y magnate musical, acusado de liderar una red de tráfico sexual y asociación ilícita.
Con 55 años, Combs enfrenta cinco cargos federales que incluyen crimen organizado, tráfico sexual y transporte para ejercer la prostitución, delitos que, de ser hallado culpable, podrían condenarlo a cadena perpetua.

La selección del jurado ha sido un proceso riguroso, con 150 posibles candidatos evaluados para garantizar imparcialidad en un caso que ha captado la atención mundial. El jurado será anónimo para proteger a sus miembros de posibles amenazas, dada la alta exposición mediática y la gravedad de las acusaciones.
Entre las figuras mencionadas en la investigación figuran celebridades como Cassie Ventura, exnovia de Combs y testigo clave, y Kanye West, aunque no se ha detallado el papel específico de estas personalidades.

La fiscalía sostiene que Combs utilizó su sello discográfico Bad Boy Records y su influencia para reclutar y explotar a mujeres, muchas jóvenes artistas, sometiéndolas a drogas, coerción y grabaciones sin consentimiento en eventos conocidos como “Freak Offs”, descritos como orgías organizadas bajo coerción. Las denuncias, que comenzaron a salir a la luz en 2023, suman más de 150 víctimas, algunas menores de edad en el momento de los hechos.
Combs se declaró inocente y su defensa argumenta que las relaciones fueron consensuadas y las acusaciones distorsionadas. Sin embargo, el juez Arun Subramanian ha rechazado en varias ocasiones otorgarle la libertad bajo fianza, citando riesgos de manipulación de testigos.
Este juicio, que se espera dure semanas o meses, podría redefinir la imagen de uno de los artistas más influyentes del hip hop y marcar un precedente en la lucha contra el abuso y la explotación en la industria del entretenimiento. Las declaraciones de apertura están programadas para el 12 de mayo.