El príncipe Harry vuelve a ser noticia, esta vez por una revelación que ha sorprendido a la opinión pública y que reabre el debate sobre su relación con la familia real británica. Según declaraciones de un amigo cercano, Harry habría contemplado la posibilidad de cambiar su apellido oficial, Mountbatten-Windsor, para adoptar el apellido de soltera de su madre, la princesa Diana de Gales: Spencer.
Este dato fue revelado al Daily Mail, donde la fuente explicó que durante una visita poco habitual a Gran Bretaña, Harry consultó con su tío, el conde Spencer, sobre la conveniencia de este cambio. “Tuvieron una conversación muy amistosa y Spencer le desaconsejó tomar tal decisión”, señaló el informante. La intención de Harry, según se interpreta, podría estar ligada a su deseo de honrar el legado y la memoria de Diana, con quien mantuvo una relación muy cercana y que ha sido un símbolo constante en su vida y en la de su familia.

Este episodio se suma a la serie de tensiones y distanciamientos que el duque de Sussex ha tenido con la Casa de Windsor desde su salida oficial de sus funciones reales. Cambiar su apellido sería un gesto simbólico muy fuerte, que reflejaría su voluntad de distanciarse aún más del linaje real tradicional y reivindicar su identidad personal y familiar.
Expertos en la realeza coinciden en que esta decisión habría tenido un impacto significativo en la percepción pública y en la dinámica interna de la familia real. Como señala la periodista especializada en temas de la monarquía, Ana Martínez, “el apellido es mucho más que un nombre; es una declaración de pertenencia y de valores, y para Harry, adoptar el apellido Spencer habría sido una forma de reafirmar su vínculo con su madre y con sus raíces más auténticas”.

Sin duda, esta revelación añade un nuevo capítulo a la compleja historia del príncipe Harry, un personaje que sigue generando interés y controversia a nivel mundial.