«Las Brujas», es una de las recientes películas de fantasía que tiene a todos impactados por la increíble transformación de Anne Hathaway, quien esta oportunidad dejó atrás su lado bueno, para convertirse en la villana de la historia.
La ganadora del Oscar, da vida en el filme a la poderosa y temible Gran Bruja, ya interpretada por Anjelica Huston en La maldición de las brujas (1990), anterior versión del clásico infantil de Dahl, también autor de Matilda y Charlie y la fábrica de chocolate. ¿Pero sabes por qué Hathaway no quiere que sus hijos vean la cinta infantil dirigida por Robert Zemeckis?
Si bien nunca tuvo miedo a las brujas cuando era pequeña, Anne Hathaway sí que ha revelado en declaraciones a People su pavor por los armarios. «Cuando era niña, mis padres no se dieron cuenta de que me colé una noche en el cuarto de estar mientras ellos estaban viendo Poltergeist y vi esa película demasiado joven. Hasta el día de hoy, tengo un poco de miedo a ser absorbida por un armario, que es el motivo por el que no quiero que mis hijos vean esta película. Los hijos de todos los demás pueden verla, pero mis hijos no pueden hasta que tengan 30 años porque van a entrar en pánico cada vez que sonrío» -Jonathan y Jack, sus pequeños, tienen cuatro años y 11 meses, respectivamente.
UN HOTEL DE LUJO REPLETO DE BRUJAS
En esta Las Brujas, bastante parecida a La maldición de las brujas salvo unos pocos cambios, se narra la historia de un joven héroe (Bruno) que comienza a vivir con su abuela (Spencer) en la Alabama de los años 60 a raíz de la trágica muerte de sus padres. Poco a poco, el niño va recuperando las ganas de vivir hasta que su vida cambia por completo cuando, en un día cualquiera, se topa con una mujer de lo más extraña en una tienda de comestibles. Para su sorpresa, su abuela le dice que no era ninguna mujer. ¡Era una bruja! Por eso se mudan al lujoso Grand Orleans Imperial Island Hotel, donde, con muy mala suerte, coinciden con una convención de brujas encabezada por la Gran Bruja (Hathaway).
La malvada Gran Bruja tiene un plan que consiste en convertir a todos los niños del mundo en ratones, gracias a una misteriosa poción mágica que tiene en su poder. El protagonista está a favor de impedir que esto suceda, aunque su misión se volverá un tanto complicada cuando él mismo sea transformado y reciba la ayuda de Bruno Jenkins (Codie-Lei Eastick), otro chico encantado, y de la ratoncita Daisy (Kristin Chenoweth). Y todo bajo la atenta mirada del director de hotel encarnado por Stanley Tucci.