Madonna, ha solicitado a la justicia estadounidense que desestime la demanda presentada en su contra por haber comenzado más de dos horas tarde tres conciertos en Nueva York.
La cantante alega que el hecho de que los demandantes tuvieran que madrugar al día siguiente no constituye motivo suficiente para presentar una denuncia.
Los demandantes, Michael Fellows y Jonathan Hadden, han emprendido una batalla legal contra Madonna, alegando que el retraso en el inicio de los conciertos provocó inconvenientes, como transporte público limitado y mayores costos de transporte público o privado.
El equipo legal de Madonna considera que estas acusaciones son «perjuicios no cognoscibles» y resalta que los demandantes recibieron un espectáculo completo y de alta calidad de la «Reina del Pop».
Además, argumentan que cualquier persona que compra una entrada para un concierto es consciente de que el espectáculo puede retrasarse.