El mundo del entretenimiento sigue conmocionado tras la inesperada muerte de Liam Payne, integrante de One Direction, quien falleció en octubre de 2024 a los 31 años. Recientemente se reveló que el cantante no dejó un testamento oficial, lo que ha generado gran interés sobre el destino de su fortuna, estimada en aproximadamente 38 millones de dólares (28,5 millones de euros).
Según los registros judiciales del Reino Unido y documentos obtenidos por medios como Rolling Stone y The Guardian, la herencia de Payne será administrada por su expareja y madre de su único hijo, Cheryl Cole, junto al abogado Richard Mark Bray, conocido por su trabajo con otras figuras de la industria musical. Ambos han sido designados administradores legales con autoridad limitada para preservar el patrimonio hasta que Bear, el hijo de Liam y Cheryl de 8 años, alcance la mayoría de edad.
Al no existir un testamento, las leyes de sucesión intestada en Inglaterra y Gales establecen que el patrimonio debe pasar directamente a los herederos legales más cercanos. En este caso, Bear es el único heredero, ya que Liam nunca se casó y su novia en los últimos años, Kate Cassidy, no figura como beneficiaria.
Se espera que la fortuna sea depositada en un fideicomiso para garantizar el bienestar económico del menor a largo plazo.
Un amigo cercano del cantante afirmó que, aunque Liam no dejó instrucciones legales, siempre quiso asegurar el futuro de su hijo: “Es un pequeño consuelo saber que Bear nunca carecerá de nada”. La noticia ha generado una mezcla de tristeza y alivio entre sus seguidores, quienes ven en esta medida un legado que perdurará para la próxima generación.