Septiembre dio inicio con una tormenta en redes sociales tras la filtración de un video íntimo de Isabella Ladera y su expareja, el cantante colombiano Beéle. La influencer y modelo venezolana se convirtió rápidamente en el centro de atención en plataformas como X, TikTok y Telegram, donde el material fue compartido masivamente, acompañado de memes y debates que pusieron en cuestión los límites de la privacidad digital.
Ante este escenario, Isabella Ladera salió a dar la cara y expresó su sentir en redes sociales. A través de un post en Instagram el 8 de septiembre, confesó estar “profundamente devastada” por la traición que implicó la filtración sin su consentimiento. Dejó entrever además su descontento con Beéle, insinuando que él podría ser el responsable de la difusión del video, al afirmar que solo las dos personas involucradas tenían acceso al material y describir la filtración como una “forma de violencia” contra las mujeres.
Previo a su comunicado oficial, la venezolana compartió frases en Threads como “Las mujeres se apagan sexualmente si las decepcionan emocionalmente”, lo que algunos interpretaron como una directa crítica al artista, ante rumores que sugieren que ambos o él podrían estar detrás de la filtración. Isabella destacó que tomará acciones legales y reafirmó que no se esconderá, pues tiene compromisos laborales y personales que afrontar.
Este incidente abre nuevamente el debate sobre la vulnerabilidad de las figuras públicas en la era digital y pone bajo la lupa el respeto a la intimidad, recordando que la difusión no autorizada de material privado constituye una violación a la dignidad personal y un acto de violencia que debe ser castigado.