El pasado viernes 3 de febrero se conoció la sentencia que deberá cumplir el actor mexicano Pablo Lyle tras ser declarado culpable de asesinato involuntario, luego del golpe que propinó a un señor de la tercera edad durante un altercado que ocurrió en Miami, Estados Unidos, se trata de Juan Ricardo Hernández y el actor habría tenido un accidente de tránsito con este hombre antes de asesinarlo.
Minutos antes de realizar la condena, Pabló compartió con todos los asistentes que estaban en la corte, una sincera disculpa en el que dejó mostrar su arrepentimiento por haberle robado la vida a una persona en una pelea.
Asimismo, Lyle en pleno discurso aseguró que no fue su intención de matar a Juan, en el que por la tristeza que sintió se fue en llanto y se disculpó con los familiares de su víctima. «Ofrezco las disculpas. Con todo mi corazón lo siento mucho», expresó el mexicano.
Es por eso que este lunes 6 de febrero, la presentadora Andrea Legarreta expresó con todos sus seguidores que apoya fuertemente al actor para que supere el pasado oscuro que lo atormente en estos momentos, y compartió con los internautas una reflexión de como un momento de ira puede dañarte la vida.
En la cuenta oficial de Instagram de Andrea, decidió compartir un comunicado para explicarle a los cibernautas que no se deben dejar llevar por la rabia. «He leído tantos comentarios en torno a la sentencia de Pablo. Que si el otro señor inició y provocó esto por haber sido el primero en bajarse furioso a golpear la ventanilla del coche dónde viajaba Pablo con su familia. Que el cuñado de Pablo y él no debieron bajarse y reaccionar a la agresión… En fin… Alguna vez lo dije y lo repito: seres humanos sin maldad, ni la intención de un resultado fatal, movidos por el enojo y no por la razón», expresó Legarreta.
«Un conjunto de decisiones por impulso, que cambiaron por completo la vida de dos familias que no merecían esto… No conocí al señor que falleció, pero el que haya tenido un mal día o una decisión incorrecta o agresiva, no lo hace una mala persona. Conozco a Pablo hace muchos años y puedo decir que el que tomara una decisión impulsiva, no lo convierte en una mala persona. Pablo sin duda es un buen ser humano, buen hombre, trabajador, buen padre, buen esposo, dulce, divertido, buen compañero. Es un ser humano tan humano e imperfecto como la mayoría de nosotros, que actuó por impulso y jamás hubiera deseado un resultado así. Ninguno merecía este resultado», concluyó.